Branding Educacional

Hay mucha maneras de comunicar lo que se hace desde el núcleo de una institución educacional, pero pocos se sienten identificados con lo que una institución puede hacer y entregar a la sociedad. Incluso en el cuerpo mismo de quienes la componen hay discrepancias respecto del valor que refleja. Muchas veces los administrativos, estudiantes y docentes son más distantes de sus propias entidades que los externos a ella y puede ser mirada con mejores ojos desde fuera que desde su interior.

De ahí la importancia que el Branding Educacional intente dar respuesta a todas las variantes que envuelven esta “marca” que es la institución educacional con el objetivo de construir y posicionar. Lo primero que debe considerarse es que se trata de un proceso de largo plazo, con etapas intermedias y acciones que van construyendo poco a poco una idea sólida, que muchas veces es diferente a la percibida inicialmente por la sociedad.

La importancia del posicionamiento radica en que otorga reconocimiento y autoridad entre los pares y mayormente ante la sociedad; por eso es de vital importancia la inclusión de grupos colaborativos, de instituciones con intereses comunes, con afinidad y valores sólidos que actúen en beneficio de los demás de manera clara y tangible.

Branding no está dirigido a aumentar ventas, ni a aumentar matrículas de manera explosiva; ese resultado podría llegar tras obtener un reconocimiento social que nos hace ser deseados como institución, pero no es el objetivo principal. Branding Educacional consiste en dar a conocer lo qué se hace, cómo lo hace, desde cuándo lo hace y cómo se proyecta a futuro. Cuanto más sabe una persona de una marca o en este caso de una institución, más alta es la probabilidad de que se sienta identificada con ella.

El concepto: Top of Mind, que significa estar en la memoria de la gente, debe ser de manera positiva y constante. Para ello se debe construir una recordación asociada a acciones de valor para la sociedad, demostrada a través de la calidad educacional, la fortaleza formativa y que incluye ineludiblemente al grupo humano y docente que opera en ella y al grupo estudiantil que ha elegido esa institución.

Si usted ha escuchado la frase: Un cliente feliz es un cliente que vuelve; sabrá que esa acción de retorno no solo asegura un aumento de las ventas futuras sino también que ese cliente satisfecho recomiende lo que ha consumido y dónde lo ha adquirido. Lo mismo puede suceder en una institución educacional; por ello la importancia de estar en un constante movimiento y auto evaluación, colaborando en distintos proyectos del sector educativo, con otras instituciones similares, ONGs, organismos públicos, entidades sociales, etc.

 

networking
Para que estas vinculaciones sean efectivas, el primer paso fundamental es elegir a los aliados estratégicos y espacios que sigan una línea acorde a lo que se quiere proyectar. El segundo paso es crear un marco colaborativo y una evaluación minuciosa de los elementos que envuelven a la institución. Este paso implica una mirada crítica a todas las actividades y las herramientas que se usan para transmitir lo que se está haciendo. La detección de falencias es vital para generar los espacios de mejora continua. Las encuestas de satisfacción: Laboral, docente, estudiantil y en lo posible social, son solo una herramienta más en este proceso y no la única. Toda encuesta o estudio de mercado nos entrega información del momento por el que está pasando y cómo se proyecta hacia los demás.

La evaluación estratégica y la correcta interpretación de los resultados facilitarán la planificación de las acciones futuras y ayudarán a mejorar con miras al fortalecimiento de la institución. Por ese motivo la visión objetiva es más exitosa que una autoevaluación cerrada que solo permitirá ver lo que se quiere ver y no identificar aquellos puntos que desprestigian a la institución. Una institución educacional es entre otros agentes: Infraestructura, personal administrativo, personal docente y paradocente, estudiantes, pero también es la familia y la sociedad.

Por eso el tercer paso es fundamental para darse a conocer. Las comunicaciones, a veces limitadas solo a la publicidad, son el agente que corona todas las actividades y mejoras implementadas. Lo que se comunica debe estar en concordancia con lo que se hace, sino solo se está transmitiendo una idea y no una realidad. Por eso lo que se debe comunicar es la realidad de lo que hago y no la idea de lo que pretendo hacer. Tampoco se trata solo de la comunicación hacia el exterior de la institución, ya que los canales internos también deben transmitir los mismos estándares de calidad. De esa manera aquellos que están vinculados con el día a día serán los primeros comunicadores del estatus de la institución consolidando así el sentido de orgullo y pertenencia.

Branding Educacional, en conclusión, es una estrategia a largo plazo que permitirá mejorar el posicionamiento y reconocimiento de la institución, haciendo más fácil en los años sucesivos convencer que nuestra institución es la mejor opción para estudiar.